El pan en la dieta mediterránea juega un papel importante, ya que junto con el aceite de oliva y otros alimentos de origen vegetal, constituyen la base nutricional de dicha dieta, por lo que se aconseja su consumo diario en cada comida principal.
La dieta mediterránea es una de las más equilibradas y saludables del mundo, que además caracteriza nuestra cultura y la de los demás países que bordean el mar Mediterráneo (España, Francia, Grecia, Italia, Marruecos, Chipre y Croacia), reconocida en 2010 por la UNESCO como patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El trigo, la vid y el olivo, que dan los tres productos básicos de la alimentación tradicional de esta zona del mundo: pan, vino y aceite de oliva, forman la llamada ‘triada mediterránea’, considerada un elemento fundamental de la dieta mediterránea que además considera el consumo preferente de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas, legumbres) y de pescado.
El pan tiene un contenido en grasa bajo, entre 1 y 3 gramos por cada 100 gramos, junto con los cereales son una de las fuentes principales de energía para nuestro organismo. Así que siguiendo la filosofía de la dieta Mediterránea podemos comer con moderación, pan a diario, en todas, o casi todas nuestras comidas, como fuente de hidratos de carbono, proteínas vegetales, energía, vitaminas y minerales.
Si el pan es integral, proveniente de granos de cereales que no han sido desprovistos de su cáscara exterior, los beneficios de consumo son, todavía mayores., por su alto contenido en fibra.
Vale decir que en Pandecan, contamos con gran variedad de panes, con corteza crujiente y miga suelta, tierna y sabrosa, que hacen que nuestra dieta sea más sana y deliciosa.